Dedicado al escritor Frederik
Pohl, fallecido este mes.
En Hidalgo del Parral se ha mantenido una cultura del apego
a las costumbres partidistas y se ha olvidado el respeto a la mística
parralense.
En algún punto de nuestra historia vanguardista olvidamos
que sobre todo está la fe. Esa fe que mueve montañas y que nos dice a cada
curso de esta sucesión de acontecimientos, que para todo hay un tiempo, y que
la tormenta pasa para dar lugar a un orden preestablecido por una Inteligencia
Suprema.
Con tristeza observo cómo las acusaciones de malversaciones
de fondos pecuniarios o manejo de información ilícita se hacen latientes cuando
alguno de los grupos políticos que se encuentran en contienda pierden.
¿Por qué no hacer esas denuncias a tiempo?, si es que son
ciertas.
De ninguna manera aceptaría secundar acusaciones de tipo
rencoroso.
Hay que unificarnos por el progreso parralense.
Y como aclaración: las mujeres que aparecen mostrando sus
atributos en este blog son teledirigidas por un colaborador anónimo que se hace
llamar Alfredo “el tejo” Díaz. Es el
equivalente de la “página de en medio” de algunos medios gráficos físicos.
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