Gustavo Urquiza Valdez, escritor parralense.
Las leyendas forman parte integral y hasta es posible decir que imprescindible de un pueblo con Tradición. Parral, por supuesto, no sería la excepción que rompiera la regla. Muy al contrario, sus calles están llenas de recuerdos y hechos del pasado que se calcan en el presente haciéndonos recordar a los parralenses que somos consecuencia de una Historia viva.
No pasemos por alto el indubitable hecho de que este terruño fue uno de los enclaves mineros de más prestigio enla NuevaVizcaya.Y aquí comienza un repertorio de leyendas que entremezcladas forman una muy compacta, cuyo inicio se remonta al año de Mil Seiscientos Treinta y Uno.
Quienes hemos tenido la fortuna de auscultar en el Archivo Histórico Municipal de esta ciudad, nos hemos topado con anécdotas que datan del Siglo Diecisiete. Dichosamente estoy registrado como investigador en dicho centro de documentación e investigación.
La primera leyenda que nuestros antepasados hicieron pasar de generación en generación, fue que a cada zapapico que un español daba sobre alguna piedra, de ésta brotaba plata líquida, la cuál, para ser sinceros no existe en el Medio Natural.
El alférez Juan Rangel de Viezma, fundador oficial de nuestro augusto pueblo, se supone, se cuenta, que bautizó a la mina “La negrita”, “La prieta” por una mujer indígena de la que se enamoró fervorosamente. Historia muy similar a la de Cortés y la Malinche.
Y de esta mina nació una leyenda con tintes fantasmagóricos: “Gorra de hule”.
Se supone que este ser espectral hacía sus apariciones cada vez que ocurriría un siniestro en las entrañas de la emblemática mina parralense. Al parecer muchos fueron los avistamientos de tal personaje y que ayudaron a salvar vidas.
El “Se dice…”, el “Se cuenta…” y el “Se supone…”, constituyen frases de introducción que no falta en ninguna leyenda. Es por ello que prefiero marcar la diferencia.
Se cree que “Gorra de hule” fue un minero que existió allá por finales de la década de los Veintes del siglo pasado…o tal vez de los treintas. Éstos son los riesgos de una leyenda: nada es exacto.
En el lado izquierdo de su gorra de minero llevaba escrita la sentencia “Viva mi desgracia”. En el turno diurno de aquellos años salía directo de los jales de mina hacia las cantinas más cercanas. Fue en una de esas veleidades o negligencias, que dejó una especie de barreno a punto de encender. Y así fue, costándole la vida a él y a cuatro de sus compañeros.
Como castigo se le impuso viajar por los tiros de mina y otros caminos subterráneos vaticinando las inevitables catástrofes para que los trabajadores tuvieran una oportunidad de salvarse. Lo primero que se percibía era un viento helado y después se veía a lo lejos una luz tenue de una lámpara de aceite, para finalmente escucharse un escalofriante alarido.
Los mineros se salvaban y asunto arreglado. No se olvide que es una leyenda. Una de las muchas que nos ofrece el antiguo Saint Joseph, ahora Hidalgo del Parral, Chihuahua.
El solo nombre de Parral ha generado disputas: se cree que por la cantidad de parras silvestres que existía, en la región; se dice que por su enorme parecido a la zona de Parral en Segovia, España.
Otras leyendas: “El indio Rayo”, “El custodio del tesoro del Cerro de las Borregas”, “Los subterráneos antiguos”, “La versión de que el cadáver de Francisco Villa fue decapitado para que los científicos norteamericanos lo estudiaran”, “La mujer de blanco que recorre toda la avenida Veinte de Noviembre”.
Templo católico del "Rayo", origen de una de las leyendas parralenses. Archivo personal del escritor e historiador digital Gustavo Urquiza Valdez. |
La invitación está abierta todos los chihuahuenses para que en vacaciones o cuando ustedes gusten, vengan a amenizar sus ratos de ocio con alguno de estos relatos de este lugar que Felipe IV, Rey de España, Portugal, Cerdeña yla Sicilia, también Duque de Milán y se cuenta que soberano de los Países bajos y hasta Conde dela Borgoña, proclamara como “Capital del Mundo dela Plata” allá por el Siglo XVII.
Felipe !V, monarca de los españoles que bautizó a Hidalgo del Parral como la "Capital del Mundo de la Plata". |